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10.Las virtudes y dones del Espíritu Santo.
La humildad, que proviene de la templanza, nos inclina a cohibir el desordenado apetito de la propia excelencia, dándonos el justo conocimiento de nuestra pequeñez y miseria, principalmente en relación con Dios. Padre Royo Marín.
La templanza es la virtud cardinal que recomienda moderación en la atracción de los placeres y procura el equilibrio en el uso de los bienes creados. Asegura el dominio de la voluntad sobre los instintos y mantiene los deseos en los límites de la honestidad. En un sentido más amplio, los académicos la definen como sinónimo de «moderación, sobriedad y continencia».
La humildad es una virtud humana tratada por otras religiones, filósofos y pensadores. Extraído del libro del almirante Willian H. McRaven, El código del héroe, copiamos de su capítulo de la humildad las siguiente frases.
La sabiduría está con los humildes. Prov. 11, 2
La humildad es el sólido fundamento de todas las virtudes. Confucio.
Solo los humildes saben como apreciar y admirar las buenas cualidades de los demás. Hinduismo
No aprenderás nada de la vida si toda el tiempo crees que tienes razón. Buda.
La sabiduría del hombre vale poco, si no es que nada. Sócrates.
18. Cuarto Mandamiento. Honrarás tu padre y a tu madre.
«El cuarto mandamiento recuerda a los hijos mayores de edad sus responsabilidades para con los padres. En la medida en que puedan, deben prestarles ayuda material y moral en los años de vejez y durante sus enfermedades, y en momentos de soledad o de abatimiento» (Catecismo, 2218).
Fuente: https://opusdei.org/es/article/tema-33-el-cuarto-mandamiento-del-decalogo-honrar-padre-y-madre/
Juan Pablo II exhorta a ser activos
El Papa Juan Pablo II el 23 de marzo de 1984 en una audiencia a unos ocho mil ancianos dejó constancia de la preocupación de la Iglesia por los mayores: “No os dejéis sorprender por la tentación de la soledad interior. A pesar de la complejidad de vuestros problemas [...], las fuerzas que progresivamente se debilitan, las deficiencias de las organizaciones sociales, los retrasos de la legislación oficial y las incomprensiones de una sociedad egoísta, no estáis ni debéis sentiros al margen de la vida de la Iglesia, o elementos pasivos en un mundo en excesivo movimiento, sino sujetos activos de un periodo humana y espiritualmente fecundo de la existencia humana. Tenéis todavía una misión que cumplir”
Es cierto que la vida en el siglo XXI nos ha llevado a una espiral de velocidad desenfrenada que no da facilidad a la evaluación, reflexión y meditación. En esta tesitura es muy habitual relegar a lo que a primera vista parece incómodo y poco útil a un segundo plano. Ahí están nuestros mayores: padres, tíos, amigos con muchos más años que nosotros. Es muy fácil caer en la inercia e irlos abandonando.
El 16 de noviembre de 2021 visité a mi tío Jordi, sacerdote diocesano, y al inicio de la visite le pregunté,
-Jordi: ¿Cómo estás?
- Me respondió: "Estoy bien, tengo 100 años menos 4 meses. No me duele nada...nadie me viene a ver".
Ese "...nadie me viene a ver..." me llegó al corazón. Sentí una culpa, un "...esto esta en la cola de mis prioridades...con tanto a hacer". Y debemos de reaccionar.
A las pocas semanas, el 9 de diciembre ponía otra de esas acciones a la cola de la lista en su sitio. Aproveché un mediodía para ir a visitar a mi madrina Teresa a San Vicente de Montal. Cuidada con gran cariño por su hijo mayor Antonio y su nuera Sandra -excelente pareja-, lejos de su Barcelona natal, alejada de sus 3 hermanos , pasa gran parte del día sola, por las responsabilidades laborales de su familia.
¿Podríamos desarrollar mecanismos, herramientas, plataformas, sean digitales o no, para que muchas buenas voluntades, un poco adormecidas como la mía, reaccionáramos para dar una mejor solución a este necesidad.
En ALMAS en CAMINO, estamos preparando un proyecto para presentarlo en Caritas Diocesana de Barcelona para mirar de aportar nuestro granito de arena. Se basa en soluciones con herramientas digitales. ¡Venga!
Nota: Ver 3 fotos de apoyo en la página FOTOS.
Los 7 SACRAMENTOS de la Iglesia Católica.
Los sacramentos de iniciación son 5: Bautismo, Comunión Confirmación, Eucaristía y Penitencia; y siguen los 2 sacramentos al servicio de la comunión, que son el Matrimonio y el Orden Sacerdotal.
21. Octavo mandamiento: No dirás falsos testimonios ni mentirás.
Cuentan de Sócrates, que un día le vino un discípulo suyo acalorado comentando que otro mal hablaba de él. Sócrates primero le pidió que se relajara y luego le pregunto si estaba convencido de que lo que le iba a explicar era cierto; luego preguntó si lo que le iba a explicar era bueno; y por último si lo que le iba a explicar era útil. El discípulo contesto no a las tres preguntas, y Sócrates respondió entonces, que no valía la pena que se lo explicara. Y así quedo la cosa.
Evitemos decir y evitemos escuchar cosas que no sean ciertas, que no sean buenas y que no sean útiles. Es mejor el silencio a la difamación y la calumnia. ¡Sigamos los tres filtros de Sócrates!
35. El matrimonio.
La importancia del matrimonio.
Copio de https://familia.anahuac.mx/ el siguiente texto, "...El matrimonio es importante socialmente puesto que, como institución, permite el surgimiento de una nueva generación y porque crea una red de apoyo y colaboración entre los contrayentes que favorecerá su supervivencia, no solo material, sino psicológica y espiritual, ante los desafíos de una época determinada"
Leía hace unas semanas que en España en 2016 había un 56% de divorcios. Portugal 69%, Francia 55%, Alemania 40%, Italia 49% -fatal pues sube desde un 22% en 2008. Estas cifras demuestran la situación de fracaso actual que vive la institución del matrimonio, que si es eclesiástico, es un sacramento -Sagrado-.
Datos: https://oderizabogados.es/cuantos-matrimonios-acaban-divorcio/
Enlazo con las página 35-36 de "Checklist PARA ELEGIR PAREJA" de Jose Brage/Joan Costa el siguiente texto.
"Recuerdo que una mujer norteamericana experta en asesoramiento matrimonial contó al papa Francisco que el matrimonio tenía, en su opinión, 4 fases:
1.- Romance
2.- Decepción
3.- Fastidio
4.- Alegría
Y explicaba que muchos matrimonios se atascan en la segunda fase (decepción), y tiran la toalla en la tercera (fastidio); pero al hacerlo se pierden la felicidad de la cuarta fase (alegría), en la que se deja de conjugar el "yo" para conjugar el "nosotros". Fin cita.
Y pienso:
- A los problemas hay que buscarles solución. Aunque debemos de reconocer que quedan casos excepcionales en los que no existe solución. Pero son pocos. ¡Luchemos por nuestros matrimonios!
- Daños colaterales. ¡Sí, estamos muy heridos y dolidos! ¿Pero somos conscientes de las heridas que vamos a infligir a los hijos, padres, amigos?
- Existen muchas personas con matrimonios rotos, que han iniciado nuevas relaciones. ¿Son en muchos casos la solución a sus necesidades de afectividad y compañía? La experiencia demuestra que no. Conocemos casos de personas que se han casado varias veces, y en un derroche de confianza reconocen que la primera esposa fue la mejor. ¡Si hubieran actuado con paciencia, prudencia y perseverancia se hubieran ahorrado muchos disgustos, y hubieran alcanzado rápido la fase 4 de la felicidad y la alegría.
Links:
https://www.aciprensa.com/recursos/por-que-el-matrimonio-es-importante-para-la-sociedad-4923
https://amoris.ie/es/amoris-laetitia/capitulo-4/ Rialb. 220128
Sobre el matrimonio, llego un día al grupo de WhatsApp de ALMAS EN CAMINO este texto que es adecuado para incluirlo en este aparatado del matrimonio. Copio y pego.
Un día cualquiera. Llega el momento anhelado de volver a casa tras una larga jornada de trabajo. Justo antes de introducir la llave en la cerradura, se empiezan a agolpar al otro lado de la puerta los gritos de varios niños. Algunos no quieren meterse en el baño, otro corre enfurecido detrás de su hermano, el mayor da un portazo porque no puede estudiar y en ese instante rompe a llorar el bebé que ya reclama su turno de comida. Todo se oye tras la puerta con dramática intensidad. Es entonces cuando uno quisiera guardar de nuevo la llave y volver dos horas más tarde. Pero no. Es la “hora santa”, la hora del sacrificio. Un amigo de mi marido le confesó que, en estas situaciones, respira hondo y, mientras gira la llave, se dice en voz baja: “Aquí está mi cuerpo que será entregado por vosotros”. Y con esta máxima en la cabeza, deja las cosas en el dormitorio, se remanga la camisa y pregunta: “¿Por dónde empiezo?”. Decía Santa Teresa de Calcuta que “si quieres cambiar el mundo, ve a casa y ama a tu familia”. A veces es más sencillo iniciar grandes gestas ahí fuera que cruzar el umbral del propio hogar. Y es que la casa no siempre es el remanso de paz donde recobrar las fuerzas, sino más bien ese lugar donde uno se derrama gota a gota. El día de la boda entregamos nuestro cuerpo y también nuestra vida entera al otro. Es una donación que se actualiza cada día. El cuerpo se entrega en el lecho, pero también al levantarse rápidamente en la noche para atender a un hijo y que el otro no se despierte; el cuerpo se entrega en la ternura de una caricia, pero también regresando pronto del trabajo para aliviar la carga doméstica al que está en casa; el cuerpo se entrega al reservarnos un día para ir a cenar juntos, pero también diciendo “vete a descansar que ya me ocupo yo”. Los esposos no son un equipo que se reparta las tareas o que gestione eficazmente la logística familiar; son una sola carne que se entrega mutuamente tanto en los grandes acontecimientos de la vida como en los detalles más pequeños. Esa grandeza del amor, que tantas veces parece imposible de vivir, en realidad es una gracia recibida en el sacramento del matrimonio, es un don que se nos regala. En una entrevista que le hice hace unos años, Rocco Buttiglione me dejó una gran lección: “San Juan Pablo II me dijo que el don más grande que como padre podía dar a mis hijas era amar a su madre. No vivir con ella o no traicionarla, sino amarla”. Ese amor que se tenían los santos Luis y Celia Martin necesariamente fue la fuente de la que bebieron sus cinco hijas para llegar a entregarse completamente a Jesucristo como monjas de clausura. Una de ellas fue santa, Teresita del Niño Jesús, y otra, Leonia, está en proceso de beatificación. Fue, sin duda, la profunda fidelidad de su mujer lo que sostuvo al beato Franz Jägerstätter cuando decidió oponerse al régimen nazi aun sabiendo que le costaría la vida. Solo su mujer, Franzciska, en un acto de amor y sacrificio sublime, permaneció a su lado, tal y como se puede contemplar en Vida oculta, la magnífica película de Terrence Malick.
Como diría Madre Teresa, el amor empieza en casa. Empieza, pero no termina en ella. El amor conyugal, con su dimensión martirial, tiene la capacidad de transformar el mundo. No queda en la vida íntima de la familia, sino que es fecundo y puede hacer vibrar a una sociedad dividida, aislada y dormida. Volver a casa y amar a nuestro marido o esposa es hoy un acto de rebeldía ante la mediocridad y el egoísmo. Es el comienzo de una civilización del amor. (220303 MIDI)
https://www.revistamision.com/volver-a-casa-por-isis-barajas/
37. La oración.
Orar es experimentar a Dios en una relación amorosa.
https://www.iuvenes.org/la-oracion-que-es-orar/
LLevo más de 20 años practicando la lectura espiritual y ayer un sacerdote explicaba en una meditación las fases de la Lectio Divina.
- Invoca al Espíritu Santo.
- Lee.
- Medita ¿Qué dice?
- ¿Qué me dice?
- Actúa. Convierte la oración en acción práctica.
https://es.catholic.net/op/articulos/17011/cat/658/invitacion-a-orar-con-la-lectio-divina.html#modal
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